Hace tiempo que te noto que estás algo indiferente y yo no sé, francamente, por qué te portás así... Si vos no has tenido nunca ninguna queja de mí.
Parece que te ha dentrao el berretín de ser artista, que querés que la modista te vistiera a la Garniere. Que la quisieras correr, como potranca en la pista y hasta morfar con la lista del París o del Julien...
Desde que en el teatro viste cantar un tango a la actriz, te ha entrao mucha tierrita, no comés y no dormís. Y tenés también metido el berretín de cantar, que pegás cada berrido que hasta me hacés asustar...
¿Quién te habrá engrupido que sos buena moza y que sabés cantar? ¡Andate al puerto y hacete sacar el berretín con un guinche!...
Vos, tan humilde y modesta, no sé cómo te has mareao. Y al ver como has cambiao, pienso con mucha extrañeza, si tenés en la cabeza aserrín o pan rayao...