Los Pegasos
Despierto y el amor, que vive dentro de mi piel,
Perfuma el corazón del hombre sabio que seré,
Con Venus en el guardafangos de mis pies,
Camino calle arriba donde suelo detener,
Mi libertad, mi voluntad, mi soledad,
Solo yo frente a la vida y los pegasos, como cada amanecer,
Diciendo que este día será el día, que no hay nada que temer.
Despierto y saludando a los vecinos del espacio,
La noche me hace un guiño, que se pierde en el asfalto,
El sol me mira con un gesto de ¡Por que otro día!,
Solos yo y este compadre, que es el único en la nave,
Que le sobra la alegría la inocencia, las viejas melodías,
Solo yo frente al semáforo cantando, singing in the rain.
Y los pegasos como cada amanecer,
Diciendo que este día será el día, que no hay nada que temer.
Y me escucho caminar, que hoy es igual a palpitar,
Y el viejo corazón, late con fuerza sin parar
Si es cierto que el amor salvo a los faltos de piedad,
Entonces soy más cierto que el amor,
Conjugado en la primer persona del acto de amar.
Camino hasta la luna, con el diario bajo el brazo,
Y en un batir de alas, me recorro el viejo espacio,
La miro y le confieso, que la amo demasiado,
Que sus sueños son mis sueños que este canto es un regalo,
Le doy mi libertad, mi voluntad, mi soledad.
Solo yo frente a la luna, arrodillado ante sus pies,
Mientras me mira largamente, y con un beso a media frente,
Susurra por favor perdóname, no puede ser.
Y me escucho caminar, que hoy no es igual a palpitar,
Y el viejo corazón, ha decidido ya no andar
Si es cierto que el amor salvo a los faltos de piedad,
Entonces soy más falso que el amor,
Conjugado en la primer persona del acto de amar.
Despierto y el reloj, toca mi hombro una vez más,
Dice resiste amigo mío, ya no mires hacia atrás,
Y al corazón que ayer, aún estaba a la mitad,
Le han puesto los pegasos un remiendo, y está listo para usar.
Y me escucho caminar, que hoy es igual a palpitar,
Y el nuevo corazón, late con fuerza sin parar,
Si es cierto que el amor da más de una oportunidad,
Entonces soy más cierto que el amor,
Conjugado en la primer persona del acto de amar.
Como son ciertos los pegasos, que en el nuevo amanecer,
Me han dicho que un buen día es el presente,
Que la luna no es la única mujer,
Y que me cuide del amor como de nadie,
Porque puede aparecer, porque puede aparecer,
Porque puede aparecer.