No basta la mañana para mirarte toda, no basta la palabra perdida entre tu boca, ni toda la caricia, ni la ansiedad que sobra, no basta con la risa hora tras hora.
No basta espacio y tiempo para marcharte toda, ni el sol grande y perfecto para adorar tu sombra, ni el mar para apagarte, ni la lluvia que moja, ni el olvido es bastante si un día te roza.
Y no basta el perfume de tu perdón acaso o robarte la luz en un abrazo. Si te guardo en secreto, si termino de hielo, es que no basta un necio contra el cielo.
Ni la nube más sucia para mancharte toda seguirá siendo lluvia sobre todas las hojas, sobre todas las calles que se abren y devoran, bajo el sol de la tarde, bajo la aurora.