Rubia de las platinadas, teñida como esas que pasan por tele de jean apretado; camina Marilyn. Encara un taxi, sonríe boquilla en la mano, ¡Guarda el tapizado!, y el negro la mira; le dice: ¿A dónde vas?
Trabajaba de sobrinita, con un secretario de otro secretario que no era del barrio, y la hizo progresar. Y ahora le sigue la corte a un chico ‘e familia pa’l matrimonial.
La Marilyn se fue pa’ la U.C.D., se comió la película de veras. Y está viviendo allá en un derpa, en la Avenida Alvear; diez noches de patín para garpar. La Marilyn, la sweety, petit chat; no le hablen de las cuestiones sociales; en Recoleta copetín sólo con gente bien, y a los cabezas no nos puede ver.
(recitado) Marylin, mi pichoncito de dólar, te fuiste del barrio y ahora pasás de largo, en un auto largo. Ya lo sé bien que los caminos se han hecho para andarlos, pero el tuyo Marilyn, ¡Qué se yo, qué querés que te diga! Hacé lo que quieras Marilyn, ¡Hacé lo que quieras!