Milonga del tartamudo que siempre dijo que no, yo soy pobre y no me vendo, y nadie me atropelló.
Por cierto que era su orgullo ser de abajo y no ceder, cuando todos los de arriba lo quisieron corromper.
En el mercado del hombre, si no es bueno el rendimiento, se empieza con los despidos y acaba en el vaciamiento.
Echegoyen echó fama en la gran ocupación, cuando un juez y un coronel le exigieron rendición.
Dele… dele… dele… delegado no… no se deje chi... chicanear, si la gente está a su lado tiene todo por ganar.
En medio de su discurso, el tarta tartamudeó, y entre risas y cargadas, la gente le canturreó: mi… mi… mi... milonga ta… ta… tartamudeada, milonga para olvidar, cuando calla el tartamudo, seguro que va a pelear.
Milonga del delegado que andaba por Mataderos, entre playas y corrales, sirviendo a los compañeros.
El gremio lo acompañó de Liniers a Puerto Piojo, vecinos, pibes y viejos enfrentando el desalojo.
En el negocio de carnes primera es la del novillo, la del hombre vale apenas pa’l rebenque o el cuchillo.
Mi… mi… mi… milonga del tartamudo que siempre dijo que no, sigo pobre y no me vendo, ¡la puta que los parió!
Las vacas que se escaparon de los palos y los dueños, aún andan por las barriadas, vagando como en un sueño.