Hay de viejas solteronas, Señores, tal colección, Que podrían rematarse A peso y medio el montón; Vejestorias mal nacidas, Burlistas y pretenciosas Que no sabiendo qué hacer Sientan plaza de chismosas.
En su mocedad las pobres, No supieron figurarse Que los años envejecen Y es necesario casarse, Y cuando pescar marido Quisieron las pobrecitas, Se quedaron esperando, Peinadas y sin visitas.
Sí algún joven arrogante, En estilo muy galano, Las dirigió alguna frase, O pidió quizás su mano, Se rieron y contestaron, Con aire de coquetonas: — “no me hable de matrimonio; No lo he pensado ni en broma”.
Cuando un mozo decidido Las pretendió conquistar, Haciéndose las nenitas, No quisieron aceptar. Esperaban ambiciosas, Pescar un duque o marqués, Pero contra su deseo Les salió el tiro al revés.
Así pasaron los años Estas niñas casquivanas; Hoy quieren pescar un tonto Y se quedan con las ganas. Algunas como esqueleto Va quedando su figura, Y en el “caras y caretas” Sirven de caricatura.
Hoy sólo viven del chisme, Se ríen de las muchachas Y nadie les hace caso A estas viejas cucarachas.
A toda niña soltera Doy el siguiente consejo: Que a los quince años se case... Aunque sea con un viejo.