Eran 5 hermanos que decían quiero ir a las estrellas. Y los padres les decían que tal vez ellos irían siempre que primero terminaran los deberes de la escuela. El primero no quería nada de eso, solo las estrellas. Y las vio bien grandes cuando el padre (atiendan el detalle) lo agarró a patadas y lo echó derecho viejo pa´ la calle. El segundo se fue para hollywood a trabajar de mozo, en un bar donde comían siempre muchas de las grandes estrellas de cine, como Linda Blair y como Charles Bronson. El tercero se hizo comisario y le pusieron una estrella, reluciente en la solapa de su clásica chaqueta. Y con el tiempo se olvido de las estrellas y de los planetas. El cuarto de los hermanos estudio para ser arquitecto. Y gracias a tres botellas, consiguió salir electo. En la licitación para el proyecto de un hotel de 5 estrellas. El menor el quinto era distinto, no quería, no podía, no sabia conformarse con estrellas de mentira y hoy acaba de mandar una postal desde las tres Marías. Eran cinco hermanos que decían quiero ir a las estrellas.