Así murió la flor, la que sólo dio espinas; trepó en el corazón, madreselva de dolor. Fría como un puñal, dulce como un suspiro; nunca la vi llorar nunca la oí pedir perdón.
Primer beso, y después? nunca nadie me avisó; siempre el primer amor es lo que el viento se llevó. Me fui sin preguntar, huyendo de tu maldición; sólo pude llegar cayendo en el próximo bar.
Fue otra primavera que la llevó, sus ojos que decían “nunca fui yo” esta vez, no esperé y disparé a sangre fría.
Yo la maté porque era mía, no soportaba otro adiós; no hubo testigos ni un cuerpo en un callejón yo la maté en mi corazón.
Ahora que ya no está no romperá mi corazón; ya no podré besar otros labios nunca más. Nunca confíes en dos ojos lastimados, maldito el amor da un golpe bajo y se va.
Alguien quite esta nube que hay sobre mí, la lluvia abre heridas que no pedí; quiero arrancar este puñal y besarlo a sangre fría.
Yo la maté porque era mía, no soportaba otro adiós; no hubo testigos ni un cuerpo en un callejón yo la maté en mi corazón.
Yo la maté porque era mía, no la dejé decir adiós; pero el disparo nos mató a los dos y ya no queda corazón.