AquĂ no existe cielo ni infierno las almas vamos en soledad buscamos el destino más lento igual nunca podemos llegar a tocarlos voy desde el mar hasta la rambla si hĂgado y sin amigos vuelvo al bar.
Pintado sin soltar mi cerveza sentado hacia la puerta del bar primero me mostraba las piernas luego no me querĂa mirar.
Esa gata es hielo seco al sol sin alma tiene espinas en el corazĂłn.
De pronto paso algo en el tiempo creo que fue la velocidad mi mano encendĂa un cigarro mi piel era joven y la iba a besar.
En el vaso tiembla el veneno con mis lágrimas de la lluvia de la soledad.
Ahora recuerdo los tiempos de mi niñez trás la pelota corriendo y me siento bien pero la selva no me deja descansar si hay algun tigre yo tengo que ir a pelear.
Y el cielo rojo que sangra y el cielo rojo que sangra y el cielo rojo que sangra y el cielo rojo que sangra