Adiós muchachos, compañeros de mi vida, Barra querida de aquellos tiempos Me toca a mí hoy emprender la retirada, Debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós muchachos, ya me voy y me resigno, Contra el destino que nadie la talla, Se terminaron para mi todas las farras, Mi cerebro enfermo no resiste más.
Acuden a mi mente recuerdos de otros tiempos, De los bellos momentos que antaño disfruté, Cerquita de mi madre, mi santa viejita, Y de mi noviecita que tanto idolatré.
Se acuerdan que era hermosa, Mas linda que una diosa y que, Ebrio de cariño, le dí mi corazón? Mas el Señor, celoso de sus encantos, Hundiéndome en el llanto, se la llevó.
Adiós muchachos, compañeros de mi vida, Barra querida de aquellos tiempos; Me toca a mí hoy emprender la retirada, Debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós muchachos, ya me voy y me resigno, Contra el destino que nadie la talla, Se terminaron para mi todas las farras, Mi cerebro enfermo no resiste más.
E Dios el juez supremo, no hay quién se le resista, Ya estoy acostumbrado su ley a respetar, Pues mi vida deshizo con sus mandatos Al llevarse a mi madre y a mi novia también.
Dos lágrimas sinceras derramo en mi partida Por la barra querida que nunca me olvidó. Y al darle a mis amigos me adiós postrero Les doy con toda mi alma mi bendición.