Salga la orquesta marcando el compás con este tango llorón. Quiero contento escucharlo, sentirlo y bailarlo cantando su son. Vuelen sus notas buscando el amor que mi alegría soñó, no son sus sones extraños, porque hace veinte años conmigo nació.
Quiero esta noche escuchar tu melodía para reírme con vos hasta el final, quiero matar sin piedad la pena mía; ya nunca más quiero ser sentimental. Siento el nostálgico ayer y todavía quiero vivir mi niñez con su cristal.
(Hablado. Piano solo.) Y el tango mío, con alma de ayer, Oigo que me habla en sus lamentos.
Yo que arrullé tu niñez en la dulce quietud, quise brindarte después una feliz juventud...
Vos te alejaste del sol... y en la noche fatal equivocaste tu rol entre la luz nocturnal.
Por eso tango, yo quiero que vos, cuando me aleje de aquí, me acompañes con tus sones y los bandoneones que giman por mí... Si los violines quisieran llorar y el piano muere de amor, con musical inocencia, llorá por mi ausencia si nadie lloró. AUSENCIA Vals Música: Carlos Gardel / José Razzano Letra: Francisco Bianco
Desvelado tu ausencia me tiene padeciendo mi bien sin cesar y tu nombre a mi memoria viene recordándome más mi penar.
Es en vano llorar, nada calma el dolor que atormenta a mi ser abatido destrozando mi fiel corazón.
Vuelve pronto, mitiga el quebranto, que tu ausencia me mata, ¡ay de mí! nadie seca el afligido llanto que mis ojos derraman por ti.
Vago errante, sin fe, desafiando el dolor, sin tener más amparo que el cielo y esperando que vuelva mi amor.
Mi pasión era tierna y es tierna y tú en cambio no sabes querer. ¿Qué motivo te he dado, alma mía, para que así me hagas padecer?
Es en vano llorar, nada calma el dolor que atormenta mi ser abatido destrozando mi trono de amor.