Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando, Su boca que era mía ya no me besa mas Se apagaron los ecos de su reír sonoro Y es cruel este silencio que me hace tanto mal.
Fue mía la piadosa dulzura de sus manos, Que dieron a mis penas caricias de bondad, Y ahora que la evoco hundido en mi quebranto, Las lagrimas trenzadas se niegan a brotar, Y no tengo el consuelo de poder llorar.
¿Porque sus alas tan cruel quemó la vida, Por que esta mueca siniestra de la suerte? Quise abrigarla y mas pudo la muerte, Como me duele y se ahonda mi herida.
Yo se que ahora vendrán caras extrañas Con su limosna de alivio a mi quebranto Todo es mentira, mentira es el lamento Hoy esta solo mi corazón.
Como perros de presa las penas traicioneras Celando mi cariño galopaban detrás, Y escondida en las aguas de su mirada buena La muerte agazapada marcaba su compás.
En vano yo alentaba febril una esperanza, Clavó en mi carne viva sus garras el dolor, Y mientras en la calle en loca algarabía El carnaval del mundo gozaba y se reía Burlándose el destino me robo su amor.
¿Porque sus alas tan cruel quemó la vida, Por que esta mueca siniestra de la suerte? Quise abrigarla y mas pudo la muerte, Como me duele y se ahonda mi herida.
Yo se que ahora vendrán caras extrañas Con su limosna de alivio a mi quebranto Todo es mentira, mentira es el lamento Hoy esta solo mi corazón.
Compositores: Carlos Gardel, Alfredo Le Pera ECAD: Obra #1236787 Fonograma #2952931