(canción dedicada al subcomandante marcos y a la declaración de la selva lacandona)
Esos rasgos que asoman del borde del pasamontañas Son lo aparecido de lo que se ha ido, De lo que se ha ido son lo aparecido; Son lo aparecido que anuncia el tambor.
Pies descalzos en tierra usurpada, raíces de lluvia, Creciendo zapatas, creciendo zapatas Como si emiliano volviera a luchar, Como si emiliano volviera a luchar.
Piel de barro moldeando los gestos De lo aún no nacido, de lo aún no nacido, El cauce de un río, el cauce de un río Es lo aparecido que anuncia el tambor.
Pa’ verle los sueños al pasamontañas, Nieblas de misterio hay que atravesar, Pueblos de silencio hay que atravesar, Huellas de memoria hay que atravesar.
Sonrisa de elote cubriendo la pena, De tanta carencia en la comunidad, Sonrisa de elote cubriendo la pena, Sonrisa de elote en la comunidad.
Con los marcos que encuadran y acusan A los cinco siglos de la adversidad, Se abre lacandona, se abre lacandona, Se abre lacandona la selva ancestral.
Y se aman y aman y aman El sol y la luna, el sol y la luna, Abrazo de fuego, caricia nupcial Y en el parto alto de aquellos surestes La flecha destruye a la soledad.
La mirada se nos amanece Abriendo en la niebla ventana de luz, Ventana de luz a la realidad De lo aparecido que vuelve a llamar.
Nunca oí al silencio contar tanta historia, Callarse cantando, callarse cantando En las chirimías que anuncia el tambor, En las chirimías que anuncia el tambor.
Esos rasgos que asoman del borde del pasamontañas Son lo aparecido de lo que se ha ido, Los ojos de tierra que nunca han dormido, Creciendo zapatas, creciendo zapatas, Como si emiliano volviera a luchar,
Creciendo zapatas, creciendo zapatas, Como si emiliano...