Soy de donde nunca fui y estoy siempre por llegar De matar o morir, aunque a veces mendigar De dormirme a las seis, por lo que no me das Y no saberte decir, que un beso no me harĂa nada mal
No me darĂas eso que me hace tan bien Si es que la noche nos empieza a conmover Y nos convence que lo malo nunca es tan malo, tan malo.
A la luz de una luz que nunca brillará Se desnuda y se ve que no hay más nada que hablar Y nunca hay dos sin tres, siempre por debilidad Y se vuelve a creer en cosas que no cambian nunca más.