Nos separamos un día por un enojo cualquiera, y hoy se muere el alma mía porque en vez de la alegría el dolor me desespera. Es necesario que vuelvas, que vuelvas con tu querer, si de pensar lo que hiciste mi amor está muy triste, no sabe lo que hacer.
¡Tesoro mío...! ¡Cuánto sufro por tu ausencia! ¡Te extraño mucho! ¿Para qué voy a mentirte? ¡Tesoro mío...! Comprendé un poquito: Le hace falta a mis oídos tu dulce voz. Volvé a mi lado que necesito mirarme en esos ojos que te ha regalado Dios.
Ya no sé ni lo que digo. Mi voluntad se ha deshecho, me alejé del buen amigo, ando solo, sin abrigo y no se que hay en mi pecho. ¿Para qué te di mi nombre y fui detrás de tu amor? Para que nadie se asombre de ver penando un hombre que al cielo te llevó.