En una choza cerca los mares Donde las olas bravas rugían Con sus chicuelos feliz vivía La compañera del pescador, Y en los albores de la mañana Cuando aquel hombre rudo volvía Ella gozosa lo recibía con grandes Muestras de intenso amor.
Mas un día el cruel destino, Quiso que la barcarola Azotada por las olas Comenzara a naufragar. Y así fue como esa noche Que arreciaba la tormenta En las aguas turbulentas ¡se perdió el lobo de mar!
Pasaron días que fueron siglos Y ella a lo lejos siempre miraba Por si en las aguas se divisaba La frágil barca que no volvió Y hoy, que las olas con sus bramidos, Llenan la choza de desconsuelo La pobre mártir eleva al cielo La honda plegaria de su dolor.