Si he cantado en mil voces diferentes, inquietudes del amor, quejas del alma. Si he vibrado ante el dolor, mustia la frente, rindiendo el corazón envuelto en llamas. Si he loado a esa luz que tú elegiste por esposa y compañera de tu amor, cómo olvidarme de ti, padre, si fuiste brújula y guía de mi corazón.
Con el cariño de un hijo bueno. ¡Oh, padre! yo en tu nombre me arrodillo. si con un gesto me robaste el sueño, tu amor me lo dio todo en el cariño. ¡Voces lejanas, niñez, viejo querido! Si ayer me arrinconé para gemir de hombre a hombre, papá, yo te bendigo. Perdí en el mundo mi mejor amigo, cuando tu pecho me abrazó para morir.
Yo no quiero tocar el sentimiento de esos hijos que a sus padres abandonan. Sólo quiero cantar como los vientos, decirle al corazón de esos que ignoran, que es más bello cuidar a un ser querido bajo el techo paterno en dulce amor, que regresar y llorar porque se han ido, sin nuestro beso ni una mustia flor.