De un mundo de santos, Dios quiso legarme un ángel divino virtuoso y amado, un ángel hermoso para que me guíe. ¿Por qué seré bueno o por qué soy malo? Lo cierto es que llevo su imagen bendita, jugando dulzona en mi pensamiento, tan solo un instante de mi no se aparta. Su voz cariñosa por doquier la siento.
Yo tengo una novia eterna y sincera. ¡Si son de sus labios, no hay besos más grandes! Si tardo en la cita, sonriente me espera. besando mi frente porque llegué tarde. Yo tengo una novia, no hay otra más buena, más noble y más pura. ¡Jamás va a engañarme! Por ella gustoso, daría mi vida porque ella no miente, porque ella es mi madre!
Que digan los sabios si hay algo más bello, si hay algo en la vida que empañe sus galas. Dichoso de aquel que llorando un quebranto encuentra reparo al calor de sus alas. ¡Oh madre querida, tu nombre venero! Sin el cuántos hijos perdieron el rumbo, con el dos amantes se dicen te quiero, con el en los labios se deja este mundo.