Que te lleve por todas las calles apartadas, que te cante tragedias de novios y de celos, y que al pasar contigo debajo de los árboles aproveche la sombra para robarte un beso. Un muchacho que un dĂa, de tonto o de loco, cuando menos lo pienses salga de tu existencia, dejándote en un sobre, encima de la mesa, unas cuantas mentiras... monedas de poeta.