No existes para mí... te borró mi corazón. Recién hoy comprendí, que tu amor no ha sido amor... Que ciego estaba al pretender tomar en serio tu querer, que fue pasión fugaz. Capricho, nada más... nada más que engaño cruel.
Capricho fueron tus caricias, tus besos, toda tu pasión. Me diste un día mil delicias, después la desesperación. Y ahora vuelves a mi vida, de nuevo me hablas de tu amor, y mi alma triste y dolorida con horror te dice: ¡no!... no vuelvas nunca, nunca más...
Tal vez no sepas tú, de verdad, lo que es querer. Querer hasta morir, como yo te quise a ti. Te amé con toda intensidad y sin embargo soy capaz de rechazar tu amor. Por eso con dolor, ya lo ves, te digo adiós...