Enzo lleva su fantástica figura, recorriendo con honor el mundo entero. Sangre azul tendrá este noble caballero, pero es blanca y colorada su armadura.
Enzo lleva su talento como lanza sin usar la fuerza bruta ni el temor, sin embargo retrocede el invasor derrotado cuando, el príncipe, avanza.
Es tan grande que si debo hablar del Enzo los laureles, los elogios, quedan chicos. La palabra de alabanzas se hace añicos. Es Francescoli tan grande que ahora pienso... Que su nombre debería ser IMENZO pues de gloria me hizo inmensamente rico.
Es inmenso cuando frena, cuando engancha, es inmenso por su eterna habilidad y es gigante por el don de su humildad, tanto dentro como fuera de una cancha.
Es inmenso el amor que tanta gente le profesa al oriental mas argentino, al botija que con casi nada vino y hoy se va siendo el campeón del siglo 20.
Quiero verte una vez mas querido Enzo por la risa que hasta en sueños multiplico, por el canto y la alegría de los chicos con su príncipe surcando el universo. Quiero verte una vez mas querido INMENZO. Quiero verte una vez mas, te lo suplico.