La espera qué larga fue, compañera secretaria, te protegió la araucaria que crecía en tu jardín. Con la esperanza viví de tenerte frente a frente, lo sabe toda la gente que aquí en tierras extranjeras serás la joven bandera de las luchas del país.
Gladys, sé que nuestro pueblo es la flor, la más doliente, de tu lejano jardín.
De tierra de campesinos a profesora primaria, de gran revolucionaria tu camino comenzó. Yo sé que tu corazón no se agita con lamentos sino con el pensamiento de lo que nos sucedió cuando allá se desató la fiera del sufrimiento.
Yo conozco de tus días, de tu figura pequeña que se agiganta y enseña noble razón de existir. Nadie nos podrá impedir trabajar por un futuro, que aunque lejano es seguro, porque la patria lo espera. Contigo brilla la estrella, querida Gladys Marín. Querida Gladys Marín, contigo brilla la estrella.