El desconfiar es cosa necesaria para enfrentar los tiempos que corremos y hay que dudar de buena y de contraria y no creer ni aquello que creemos. Parecerá que soy un ofuscado, pero es que estoy un poco escarmentado y “pensar mal, para acertar” es un adagio que hay que enseñar...
No desconfiar es cosa de inocentes, hoy que a granel se asoman los piratas y tipos hay forrados y pudientes que fingen ser más pobres que las ratas. Conviene estar hoy dĂa bien despierto y desconfiar, lo mismo que hace el tuerto, y semblantear para lograr las intenciones desentrañar.
Si una noche llegás tarde y, encantada, tu mujer te demuestra más querer... ¡Desconfiale! Y si más tarde tu suegra, que ya hablĂł con tu mujer te sonrĂe con placer... ¡Desconfiale! Y si luego tu cuñada que no pierde la ocasiĂłn se te da de corazĂłn... ¡Desconfiale! Desconfiale a tus amigos, desconfiale a tus parientes, pero en cambio al hombre fiel... ¡Desconfiale! Desconfiale a todo el mundo y no te entregues a nadie que en la duda está el saber...