Viejo Gómez, vos que estás de manguero doctorao y que un mango descubrís aunque lo hayan enterrao, definime, si podés, esta contra que se ha dao, que por más que me arremango, no descubro un mango ni por equivocación, que por más que la pateo, un peso no veo en circulación.
¿Dónde hay un mango, viejo Gómez? ¡Los han limpiao con piedra pómez! ¿Dónde hay un mango que yo lo he buscado con lupa y linterna y estoy afiebrado? ¿Dónde hay un mango pa' darle la cana, si es que se la deja dar? ¿Dónde hay un mango, que si no se entrega lo podamos allanar? ¿Dónde hay un mango, que los financistas, ni los periodistas, ni perros, ni gatos, noticias, ni datos de su paradero no me saben dar?
Viejo Gómez, vos que sos el Viancarlos del gomán, concretamente, si sabés, los billetes... ¿dónde están? Nadie sabe dar razón y del seco hasta el bacán, todos en plena palmera, llevan la cartera con cartel de defunción y jugando a la escondida, colman la medida de la situación.