Pido licencia señores para poderles contar la historia de un campesino que ahora les voy a nombrar Era Paco el del Molino zagal como los demás que ayudaba al cura en misa y enredaba en el corral. Poco a poco fue creciendo y se hizo de buen ver las zagalas lo miraban y una soñaba con él "Viva el Paco el del Molino y Águeda la del buen garbo que ayer eran sólo novios y ahora son ya desposados. Los meses fueron pasando pero las costumbres no Al señor duque seguían pagando sin remisión Empezaron los rumores, "pintan bastos en Madrid" va dar vuelta la tortilla ¿qué podrá pasar aquí?. Paco ha salido de alcalde, es feliz la población En el concello y la escuela, la bandera tricolor Los bienes del señorío han suprimido en Madrid al monte del señor duque le llegó su San Martín Pero una mañana triste llegaron los señoritos con vergas y con pistolas, nadie los había visto Le dieron una paliza al pobre del zapatero. Mataron seis campesinos y abandonaron sus cuerpos. El pueblo estaba asustado, nadie sabía qué hacer, apareció; el zapatero, le han dado un tiro en la sién En el camino hacia el pueblo aparecen cuatro más los cuatro son concejales, ya sólo se oye llorar. Dicen que buscan al Paco, nadie lo puede encontrar, pero que sólo lo saben su padre y Mosén Millán El cura "ya ha confesado", pronto lo van a buscar, Mosén Millán le convence que se debe de entregar. Esa tarde los "foranos" en la plaza a todo el pueblo han hablado de la fe, del orden y del imperio. Entre cuatro se lo llevan adentro del camposanto Mosén Millán desde el coche le ha escuchado los pecados. Del coche se iluminaron de repente los dos faros y al mismo tiempo sonaron sin remedio los disparos, con el último suspiro se arrastró al cura gritando hasta que otros cuatro tiros acabaron de matarlo. Y así se acaba la historia que yo no habría contado una historia de verguenza, una historia del pasado Pero quien hace unos años me la acabó de contar me dijo: "pero recuerda, perdonar no es olvidar"