Envidia, envidia siente el que sufre, envidia siente el que espera viendo que la vida entera no es más que desilusión.
Envidia, envidia siente el cobarde, envidia siente el que muere, el que mata y el que hiere, porque no tendrá perdón.
Envidia, envidia amarga y traidora, envidia que grita y llora; la que causa más dolor es la envidia por amor.
Yo he nacido bueno, yo he nacido honrado, mi cabeza altiva nunca se ha doblado.
Para el compañero fue mi brazo amigo y estreché la mano del que fue enemigo.
Nunca el triunfo de otro me trajo una pena, ni sentí amargura por la dicha ajena; y hoy, ante el espejo cruel de mi pasado, veo que cambiado me tiene el rencor.
Envidia, envidia tengo en mi seno; envidia del que a tu lado es feliz por ser amado mientras muerdo mi pasión.
Envidia de mis desvelos envidia como el vencido, porque jamás ha tenido en la vida una ilusión.
Envidia, envidia que me condena a vivir con esta pena, porque no hay mayor dolor que la envidia por amor.