Pasa por mis barrios, un hombre barbudo Marcando la pena de su soledad Y por las facciones de su rostro rudo Se observan los rasgos de temprana edad. Se hacen comentarios en favor de su alma, Dicen que fue bueno, generoso y fiel. Presenta apariencias, de llevar con calma Una vida brava, misteriosa y cruel.
Hombre misterioso Que pasas de largo Nuca tu tristeza Nos querés contar; A pesar de todo Yo sé, sin embargo, La melancolía Que te tiene mal.
Mirando la ruina de tu hogar deshecho Ves la vida clara y pensás mejor, El "pebete blanco" que adornó tu lecho Y la "nube negra" que eclipsó tu sol. Bendita la calma, que con gran acierto, Infunde en tu férrea voluntad, Y en el duro trance de tu mal momento, Es la compañera de tu soledad.
Vaga por las calles Misteriosamente, Nadie su desdicha Logrará saber, Carece de amigos, Vive pobremente; Su pena más honda Se llama... ¡mujer!