¡Llámame!, que llegaré donde esté tu voz. ¡Llámame!, no me olvides, amor. Cada vez más me atormenta el horror de no tener a merced de mis antojos el embrujo de tus ojos. ¡Llámame!, si alguna vez sufres. ¡Llámame!, junto a ti, me sentiré feliz.
Cada vez que estoy contigo, y me tengo que alejar, tu recuerdo va conmigo siempre, siempre, más y más. Y sos como mi cruz, que cargo tan feliz, porque te llevo a ti, cada vez que estoy contigo, cada vez te quiero más.
Si algún día te alejaras, desde el cielo llámame, llévame contigo al cielo, no me dejes sin consuelo. Dile a Dios, que sin amor no podrás vivir Piensa en mí, que moriré sin ti.