En un taller feliz yo trabajaba Nunca sentí deseos de bailar Hasta que un joven que a mí me enamoraba Llevóme un día con él para tanguear
Fue mi obsesión el tango de aquel día En que mi alma con ansia se rindió Pues al bailar sentí en mi corazón Que una dulce ilusión nació
Era tan suave la armonía De aquella extraña melodía Que lleno de gozo sentía Mi corazón soñar
Igual que en pos de una esperanza Que al lograrla todo se alcanza Giraba loca en esa danza Que me enseñaba a amar
La culpa fue de aquel maldito tango Que mi galán enseñóme a bailar Y que después, hundiéndome en el fango Me dio a entender que me iba a abandonar
Mi corazón, de pena dolorido Consuelo y calma buscó en el cabaret más al bailar sentí en el corazón Que aquella mi ilusión, se fue
Oyendo aquella melodía Mi alma de pena se moría Y lleno de dolor sentía Mi corazón sangrar Como esa música domina Con su cadencia que fascina A dónde irá mi pobre vida Rodando sin cesar
Maldito tango que envenena Con su dulzura cuando suena Maldito tango que me llena De tan acerba hiel
Él fue la causa de mi ruina Maldito tango que fascina ¡Oh, tango que mata y domina! ¡Maldito sea el tango aquel!