Cuando la tarde muriendo va avanzas por el camino en tu mulita serrana mi divina paisana que al pasar conocí. Jamás he visto mujer igual de hermosa boca encendida y sos amor de mi vida desde que te dije así:
Paisanita, morochita mi florcita de alelí, ¿quién te puso en el camino que tras tuyo he de seguir? ¿Es acaso la mirada de tus ojos o es tu voz? que me atrae, que me domina, que me vence... ¡y tuyo soy!...
Yo fui rebelde para el amor y en mi vagar errabundo libé en la flor de mil bocas y he saciado en mi copa ésta sed de querer. Y se detuvo mi paso al fin frente a tu imagen querida y fuiste amor de mi vida desde que te dije así:
Paisanita, morochita mi florcita de alelí, ¿quién te puso en el camino que tras tuyo he de seguir? ¿Es acaso la mirada de tus ojos o es tu voz? que me atrae, que me domina, que me vence... ¡y tuyo soy!...