Tu tiempo es un vidrio, tu amor un fakir, mi cuerpo una aguja, tu mente un tapiz. Si las sanguijuelas no pueden herirte, no existe una escuela que enseñe a vivir. El ángel vigía descubre al ladrón le corta las manos, le quita la voz la gente se esconde o apenas existe se olvida del hombre, se olvida de Dios.
Miro alrededor, heridas que vienen, sospechas que van y aquí estoy, pensando en el alma que piensa y por pensar no es alma, desarma y sangra.
(Postado por Cláudio Cleudson)
Compositor: Carlos Alberto Garcia ECAD: Obra #2091663 Fonograma #2444118