La negra noche es testigo del duelo que hay en mi celda, el cielo es mi único amigo que entre las rejas se cuela.
¡Jamás se ha visto tan lindo aunque la noche sea negra! Después de rejas, mi pena conmigo vaga desierta;
envidia al ave en su vuelo y el alma sueña despierta. Un grito rasga la noche, un celador grita: ¡Aleeerta! Quien fijo: "Una vez se vive", no supo lo que decía; parece ser que en la cárcel se vive y se muere al día.
Quien dijo: "Una vez se vive", no supo lo que decía. ¡Qué triste vivo cautivo contando las horas muertas! De aquellos que más me quieren me alejan pesadas puertas.
Un grito rasga la noche, un celador grita: "¡Aleeerta!" No siento ser un cautivo, que el hombre por todo pasa; Pero hay una madre enferma, hay hijos y hay hambre en casa. Parece que hubiera muerto, su pena es la que me embarga.
Adiós, palomita blanca, que de ansias vuelas cubierta: ve y dile a los que me quieren que pronto estaré de vuelta Un grito rasga la noche, un celador grita: "¡Aleeerta!..