Reíte hermano, no llorés nunca, bebé tu llanto como un licor. Cerrá las puertas de tu desgracia, que nadie sepa tu gran dolor. Si de tu herida la sangre mana porque la ingrata te traicionó, no te violentes, quién no te dice que al traicionarte te hizo un favor.
No esperés nunca la mano amiga si por desgracia te ves muy mal. Desamarrate, cambiá de ruta que hay que capearlo al temporal. Vivila siempre sin tener penas así te muerda un gran dolor, cerrá los ojos y hacé de cuenta que ha sido un sueño, y se acabó.
Son mis consejos sanos y puros de mi experiencia los frutos son. Aprovechálos como un recuerdo de un viejo amigo que te los dio. Y si mañana tu nueva estrella te alumbra claro, te hace feliz, no te des vuelta, seguí adelente que has encontrado tu porvenir.