Con la mueca del pesar; viejo, triste y sin valor... Lento el paso al caminar... Voy cargando mi dolor. Lejos de la gran ciudad que me ha visto florecer, en las calles más extrañas siento el alma oscurecer. Nadie observa mi final, ni le importa mi dolor... Nadie quiere mi amistad, ¡sólo estoy con mi amargor! Y así vago sin cesar desde el día que llegué cuando en pos de un sueño loco todo, todo abandoné...
Y andando sin destino de pronto reaccioné al escuchar de un disco el tango aquel: "Mozo traiga otra copa" -que lo cantaba Carlos Gardel. Y al escucharlo recordé todo el pasado, los años mozos tan felices que pasé... Mi viejecita, la barra amiga... la noviecita que abandoné... ¡Tango que trae recuerdos! ¡Mi Buenos Aires... quiero volver!
Buenos Aires, mi ciudad... ¡cuánto extraño tu emoción! Hoy que vuelvo a recordar se me parte el corazón... ¡Cómo pude yo dejar, cómo pude abandonar!, el calor de aquella tierra que me dio ternura y paz. La casita paternal que me vio feliz crecer, mi amorcito pasional y la barra del café; todo vuelve a resurgir en la dulce evocación y al pensar lo que he dejado se me escapa un lagrimón.
Por eso, emocionado me ha hecho estremecer al escuchar de un disco el tango aquel: "Mozo traiga otra copa" -que lo cantaba Carlos Gardel. Y al escucharlo recordé todo el pasado, los años mozos tan felices que pasé... Mi viejecita, la barra amiga... la noviecita que abandoné... ¡Tango que trae recuerdos! ¡Mi Buenos Aires... quiero volver!