Mi ángel de la guarda ya no está, dejó sola mi espalda y se va, de las garras feroces, de mi amor, del látigo egoísta de tu corazón.
Me puedo desmayar si pienso en ensayar la escena en que no te hice feliz, si pudieras volver, si pudieras volver a mirarme...
Perdida en el desierto de tu voz voy encontrando recuerdos de tu amor, no es nada difícil saber por qué fue así, soy como la serpiente que mata porque sí.
Me puedo desmayar si pienso en ensayar la escena en que no te hice feliz, si pudieras volver, si pudieras volver a mirarme
Y que te acerques a mi, y que te acerques a mi, y que te acerques a mi...