Se tomó el vaso de vino cuándo ya subía el sol, por ahí. Ya sin pena ni más prisa, dibujando una sonrisa al salir del viejo bar, del viejo bar.
Con la luz de la mañana que acaricia las ventanas otra vez. Y sus ojos no veían nada más, y los otros lo miraban siempre igual, tan anormal, tan anormal.
Tan solo, Tan triste, ya no voy a estar sin vos, a veces grita el gran peón.
Con la luz de la mañana que acaricia las miradas otra vez. Y sus ojos no veían nada más, y los otros lo miraban siempre igual tan anormal, tan anormal.