Se nos iba la vida al quitarnos la ropa en aquella pensión tan pegada a la playa, nos contamos mentiras, nos compramos promesas nos hacían cosquillas las luces del alba.
Se vestía deprisa, encendía un cigarro, me miraba a través del espejo del baño y se echaba a reír. Me ponía a tocar Si estuvieras aquí No no woman no cry. Déjame. Stand by me y de pronto se fue de las manos no la he vuelto a ver y los niños me lanzan un corte de mangas al pasar el tren.
Y que no rocen la herida, no me ofrezcan otro trato, no me vayan a engañar, es la forma más sencilla cuando eludes tu pasado de no, de no volverlo a pisar.
Estará como siempre en alguna frontera persiguiendo algún tipo en mitad de la noche, estará consiguiendo vivir de quimeras, recordando los cuerpos, olvidando los nombres.
Estarán intentando sacarme de quicio las miradas al sur, los recuerdos de entonces, estaré consiguiendo sentirme yo mismo en las pieles de otros, en la boca de todos
Y que no rocen la herida… Y el amor es la moneda que dejamos siendo niños en la vía del tren. Y tu cama la autopista que incendiamos no tan jóvenes.
Y que no rocen la herida…
Se nos iba la vida al quitarnos la ropa en aquella pensión tan pegada a la playa