Un vaso de whisky, un hotel diferente, es más que suficiente para pensar en ti. Una noche de mayo, con el mar a mi lado, es ya tarde y tus ojos siguen allí. Y es que son ideales para perderse en ellos, y es que uno no aprende ni vivo ni muerto; son las seis de la tarde, toco enfrente del puerto, y no consigo sacarte de mí ni olvidarme de ti.
Y es que no hay droga más dura que el amor sin medida. Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel. Y es que no hay nada mejor que tener tu sabor corriendo por mis venas. Nada mejor que el roce de tu piel.
Y me siento desnudo enfrente del espejo esperando que tú me digas el precio. No tengo muy claro si lo puedo pagar, Recojo mis cosas, nena, vuelvo a mi hogar. Nuestros corazones laten a la vez. ¿Quién soy yo sin ti? ¿Quién eres tu, quién? El ritmo de la noche viste mi cancion. Mejor cojo mis cosas, nena, mejor me voy.
Y es que no hay droga más dura que el amor sin medida. Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel. Y es que no hay nada mejor que tener tu sabor corriendo por mis venas. Nada mejor que el roce de tu piel.
Hoy lucho y pierdo el sentido por dormir esta noche en tus brazos. Hoy se perdio el equilibrio y la balanza cayó de tu lado, mi amor. (BIS)
Y es que no hay droga más dura que el amor sin medida. Es que no hay droga más dura que el roce de tu piel.