Letra de Enrique Cadicamo. Musica de Juan Carlos Cobian. Compuesto en 1937.
Turbio fondeadero donde van a recalar barcos que en el muelle para siempre han de quedar; sombras que se alargan en la noche del dolor; naufragos del mundo que han perdido el corazón; puentes y cordajes donde el viento viene a aullar; barcos carboneros que jamás han de zarpar; torvo cementerio de las naves que, al morir, sueñan, sin embargo, que hacia el mar han de partir.
Niebla del Riachuelo, amarrado al recuerdo yo sigo esperando; niebla del Riachuelo, de ese amor, para siempre, me vas alejando... Nunca más volvio; nunca más la vi; nunca más su voz nombro mi nombre junto a mi... ...esa misma voz que dijo "Adios!".
Sueña, marinero, con tu viejo bergantin; bebe tus nostalgias en el sordo café.in... LLueve sobre el puerto, mientras tanto, mi cancion; llueve lentamente sobre tu desolación... Anclas que ya nunca, nunca mas, han de levar; bordas de lanchones sin amarras que soltar; triste caravana sin destino ni ilusion, como un barco preso en la botella del figon...