Ella soñaba con vivir en Bahía, pero en San Telmo sobrevivía; tomaba clases de teatro independiente era feliz mostrando el culo a tanta gente inteligente. Tomaba leche en La Martona de Corrientes y se las daba de mujer independiente. Siempre jugó a ser una mina esclarecida con la política social comprometida; era agresiva. En realidad siempre sintió ser agredida; "En este medio todo es causa perdida". Mientras su amante resoplando a sus espaldas le prometía ser el último en forzarla, y rescatarla. Ella pensaba que era un juego este tormento, de abandonarlo todo en busca de otros vientos de comenzar de nuevo en medio de otra gente, en otra patria y otro cielo diferente; era inocente. Nunca empezó en las que enfrentaron seriamente la realidad de ser mujeres del presente; después de todo era una joven liberada, lo suficientemente bien analizada: era freudiana. Ella jugaba a la heroína de la fiaca y hoy hace cinco largos años que era flaca manda postales, sin corpiño, bien tostada, con cierto tono portugués en la posdata. Ya es bahiana, mi Mariana.