Vuelve a brillar el sol sobre los altos cardos, sobre el viejo camino, sobre los campos de mi pueblo. Arde la tarde toda sobre el manubrio nuevo de mi triciclo rojo gallardo potro de mi infancia. Corro con él de nuevo por el fondo de casa, con mi capote al aire y mi espada de lata. Mi madre en su trajín lavando ropa canta viejas canciones con la espalda doblada sobre el fuentón del patio. Me empiezo a preguntar dónde quedó esa luz, esa alegría inmensa de barrilete nuevo, en qué estación de tren me fui volviendo adulto. Dónde dejé guardadas mis bolitas de vidrio mi avión celeste a cuerda, mi Bambi de cartón. ¿Dónde quedó la mesa con su mantel de hule, dónde el ceño fruncido de mi padre a las nueve cansado del trabajo comiendo apresurado? ¿Dónde quedó la niña siempre llorando a mares; mi hermana y sus muñecas, sus sueños de bailar? Me empiezo a preguntar dónde quedó esa luz esa alegría inmensa de barrilete nuevo, en qué estación de tren me fui volviendo adulto, me fui volviendo adulto...