Una mancha negra Que surge del pecho Chapapote brotando de tus arterias Embistiendo contra tus venas Ahogando tus pulmones Ojalá haberse dormido en aquella bañera En un adiós prematuro a la tristeza
Creías que no respirarías jamás Te producía placer la aceptación de la derrota Porque solo ahí, solo ahí En esas manos que buscaban pastillas en el baño En esos dedos que forzaban el cajón de abajo Del cuarto privado de tus padres Estaban ellos, los verdaderos padrenuestros esperando No te confundas, nadie va a venir A perdonarte en el nombre de nadie Te entregas con los brazos en cruz Pero no podrás resucitarte
Te habían quitado lo que era tuyo Lo que era puro e ingenuo y lo que estaba perfecto Lo convirtieron en un Fruto podrido caído del árbol prohibido de los pecados Dañado para siempre Dañado para siempre
Aún así pensabas que habría algo que podría salvarte A veces era un cuerpo A veces un escrúpulo A veces una mentira A veces rezar por las noches O pedir algo aunque que no sabías bien qué era Te dejabas llevar por cualquiera que quisiera tocarte Porque era más fácil no sentir nada ahí Que pararse a intentar comprender Lo que había entre las piernas Que solo causaba dolor y problemas
Los fantasmas se asentaron Tomaron el control Asumieron el mando Te quedaste a vivir en la cárcel más cercana Estaba dentro de tu propia jaula La habías construido tú con los restos Que quedaban de tu infancia