Al igual que un gas invade un laberinto la nostalgia se hizo con mi corazón. Y aunque a pares tengo ojos, tengo oídos, sin ti pierden sentido, el sonido y el color.
No me quito el vicio de esperarte en casa apoyando mi cabeza en el cristal. Y cuando empaño de un suspiro la ventana dibujo un tres en raya que he vuelto a empatar.
Si algún día nos cruzamos no respondas, ni hagas caso a los subtítulos que bajo mi sonrisa sabes ver. Yo te diré que voy tirando. Negaré que estoy llorando. Fingiré que el tiempo todo lo curó.
No consigo hacer nada sin darme cuenta. Es el precio de aprender a no llorar. Y es que aunque a veces nada indique que compensa, yo me niego a dar la vuelta y hacerme menor de edad.
Si algún día nos cruzamos no respondas, ni hagas caso a los subtítulos que bajo mi sonrisa sabes ver. Yo te diré que voy tirando. Negaré que estoy llorando. Fingiré que el tiempo todo lo curó.
Y en realidad nunca te olvido. Fuiste mi único camino. Y tu sonrisa un buen motivo para ser alguien mejor. Y aunque te cuenten que me vieron de princesa en algún cuento, no hace falta que te diga que tan sólo cuentos son.