Nació como un bebé pequeño y nada más, como uno entre tantos que a la vida nacen ya. No ocurrió nada más, era un ni....ño. Nació y ninguno preguntó si de mayor Él tendría gran poder para sanar, si andaría sobre el mar. Era un ni....ño. Nació y ninguno preguntó si iba a morir, si la gente algún día lo iba a odiar,
si sería el redentor, si traería libertad. ¿Quién pensó que aquel niñito moriría en la cruz trayendo a nuestro mundo nueva aurora de luz y una nueva vida y una oportunidad
de llegar al Padre una vez más? ¿Quién pensó que al tercer día iba a resucitar batiendo al infierno y a la muerte fatal, abriendo nuevos tiempos de felicidad Por amor, por amor a ti?
Hoy nuestro mundo se ha olvidado de Jesús, ha cambiado Su victoria por placer terrenal, de Su cruz queda ya un recuerdo. Vivir, matar si es necesario alguna vez, cortar la vida antes de que pueda aun nacer, y del niño de Belén un recuerdo; jugar a ser una mejor generación marcharse si es posible del hogar sembrar odio y rencor, sin saber perdonar.
Escucha en esta hora la eterna verdad que el niño de Belén un día va a regresar y en gloria y en poder Él juzgara tanta maldad marcando frontera final y todo el universo le podrá contemplar y toda obra oculta a la luz nacerá. Su iglesia marchara con Él a un nuevo lugar, un hogar, un dulce hogar que Él prepara ya.