En lo más profundo de mi pecho un solemne sentimiento vive ya. Sentimiento de lealtad, y de respeto, que en este grito de mi boca brotará: ¡TE AMO, MARIA CRISTINA!
Siempre guardo el recuerdo de aquel día, aunque nunca comprendí lo que ocurrió. Mi amor le declare a María y ella entonces se ofendió.
Caminábamos por un bosquecillo, alegres cantaban los pajarillos... ¡PIO, PIO! Saltamontes, abejas y cigarras, gusanillos, luciérnagas y grillos, abejorros, libélulas, mariposas, revoloteaban en torno a nuestro afecto Y le dije con voz temblorosa: "¡Este sitio está lleno de insectos!"
Con dulzura le pedí que se acercara, su mirada desvió tímidamente, y para lograr que me mirara, yo le dije: ¡VISTA AL FRENTE!
Era hermoso caminar enamorados... ¡UN, DOS, UN, DOS, QUIER, DERE, QUIER, DERE, QUIER, QUIER, TE QUIER, TE QUIER, TE QUIER MUCH!
Con intensa pasión le dije entonces: "ABRÁZAME. CON LA TAREA INDICADA, ¡COMENZAR!" Y María obedeció tiernamente... "BESARME, HACERLO, YA" Nunca pude comprender lo que ocurrió y por eso mi relato aquí se cierra nunca supe por que causa se ofendió cuando le dije cuando le dije ¡CUERPO A TIERRA!